miércoles, 15 de julio de 2009

Roscas chilenas de la Pingüina de Atacama



Para pringarse en la cocina: 6 tazas de harina, 5 huevos, 2 tazas de azúcar, 1 y 1/2 taza de mantequilla o margarina, 4 cucharaditas llenas hasta el tope de polvos de hornear (o sea, levadura), leche para mezclar la masa, aceite para freír, 3 padrenuestros.

Más le vale a usted amarrarse el pelo, porque el pelo tiene una tendencia muy curiosa a pegotearse en todo, especialmente en la masa. Ahora revísese usted las uñas, no querrá que las roscas le salgan con un ingrediente extra. A continuación, rece usted 3 padrenuestros y dispóngase a meter la harina, los polvos de hornear y el azúcar en un bol grande. Sí, un bol, ¿qué esperaba? No, ese plato es muy chico. Pues bien, parta usted a comprar un bol al mercado; yo aquí la espero.

Muy bien, amárrese otra vez el pelo y mezcle todo, y deje un hueco en el centro donde pondrá la margarina derretida. ¡No! Sáquela usted, que está congelada. Dele, póngala en un plato y al microondas. No… ponerla al sol no sirve. Sí, ya sé que hace calor, pero no es lo mismo. Ahora a revolver un poco y métale los huevos, uno por uno, no se apure.



¿Y es para regalonear a su marido que quiere hacer roscas? Qué bonito… Ahora a mezclar y a ponerle leche hasta que esa mole dura que tiene usted ahí se ablande; sí, esa cosa dura blanquecina que la mira amenazante debe ser suave y moldeable. No se asuste, la cosa no tiene boca, no muerde. Tómela, no sea usted tímida, ¿que la textura le recuerda a qué?, señora por Dios, que yo soy una vieja respetable… Tómela y amase, sí, meta las manos, le advertí de las uñas, ¿se acuerda? Póngale harina a la mesa, si no se va a pego… ¿ve?, tal cual, se ha pegoteado todo a la mesa. No, no estoy enojada. Todo sea porque usted le haga mimos a su marido. Siga usted. Es cuestión de harina, hasta que la masa no se pegue en ninguna parte, ni en la nariz, ni en los codos, ni en la barriga. Ya está.
Ahora separe en trozos, haga la bolita, ahora estire, así como cuando era usted niña y jugaba con plastilina. La estira, la enrolla, la une por los extremos. ¡Ya está! Su primera rosca. Siga usted que yo me voy a sentar un rato. Es que sería mejor que hubiera traído el cortador de roscas, pero como no lo trajo, con las manos será…

Meta usted mucho aceite, ¿cómo que qué aceite? Bueno, aquí la espero…
Muy bien, meta usted mucho aceite en la sartén y cuando esté hirviendo, le pone las roscas con mucho cui… ¡cuidado! Claro, claro, si las tira el aceite salta. Venga, meta la mano al agua fría. No llore, señora, estas cosas pasan. Muy bien, con cuidado entonces, las roscas se fríen y suben, ¿ve? Se engordan, se hacen blandas y deliciosas. A su marido le van a encantar, las roscas van a estar esponjosas… Mmm… no sé qué pasa, señora, se están quemando pero no crecen… Déjeme sacarlas.

Pues no sé, están duras como piedras. ¿Cómo voy a tener la culpa yo? Usted hizo todo lo que le dije, la harina, los polvos de hornear… ¿Cómo que qué son los polvos de hornear?... ¿Qué es eso que le asoma por el delantal?... ¡El sobre con los polvos!

No llore, no llore, ya verá cómo le gustan a su marido. Sí, están duras, no son roscas, ¿sabe? Parecen piedras. ¿Y de dónde es su marido? Ah… americano, pues dígale que son “piedritas”, seguro que se las come contento. Mal que mal, ¿no ha hecho usted todo este esfuerzo? Eso, séquese las lágrimas y meta sus “piedritas” en esta bandeja, eso, así, tápela con el mantel. No llore más, ya verá que a su gringuito le gusta, con tal que tengan harta azúcar… eso, ya está, usted llega y le dice que en vez de roscas le ha preparado “piedras”.

Buena suerte.

Por Andrea MH Amosson

4 comentarios:

Ysabel dijo...

Precioso blog, Revangel, ¡enhorabuena por tu buen gusto! será un placer cocinar con vosotras.

Revangel dijo...

Gracias, Doña Ysi. Esperamos con hambre vuesas recetas cántabras, toledanas y del mundo, que os sabemos grande en el arte de las cacerolas y los fogones.

Suya,

GLG

Anónimo dijo...

muy gracioso tu recetario, casa de herrero,cuchillo de palo, soy chilena y no tenia idea de como hacer unas roscas.
saludos desde espana gracias.

Anónimo dijo...

que entretenida receta de la pinguina de atacama, me gustaria conocerla, vivo en antofagasta y aca son famosas las roscas a cumpleaños que vayas, hay roscas.


Alfonsina :)